En idioma quechua Qosqo significa ombligo y así fue considerada durante
siglos Cusco, ombligo del mundo. Se cuenta que fue desvelada al primero de las dinastía de los trece incas. Fue el centro del imperio, El Tawantisuyo, compuesto
por los territorios que dominaron los incas al norte, sur, este y oeste, desde
Colombia hasta Chile. Se percibe todavía en algunos rincones de la ciudad el espíritu de lo grandiosa que llego a ser antaño.
Llegamos allí un buen día, la víspera de Nochevieja. Un ambiente festivo
dominaba la ciudad y era fácil dejarse llevar por él y participar en las
costumbres. Y como "donde fueres haz lo que vieres" después de las
campanadas de medianoche (y de comernos las uvas) dimos la vuelta corriendo a
la plaza de armas para entrar a la carrera en el Año Nuevo. Antes de toda esa
locura, para quitarnos la morriña, una buena cena española: queso, tortilla,
rabo de toro, gambas al ajillo, crema catalana... Como se echa de menos la
patria a veces.
En fechas especiales es mas fácil ver el carácter de una ciudad ya que sale a
relucir por doquier. Un pasacalles por aquí, una representación por allá,
boom... un petardo, un concierto folklórico, luces en las calles, boom...
fuegos artificiales, fiestas, fiestas, fiestas... Cusco vestía sus mejores
galas y nosotros disfrutábamos de ello.
Un fin de año que no fue tan extraño.
Unos días después volvimos a partir, siempre al norte.
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La vista desde "casa" |
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La vida en la plaza |
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Catedral atardeciendo |
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El clásico Belen: Maria, San José, el niño Jesús y la llama por supuesto |
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Perfil de leyenda |
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La bandera cusqueña |
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Azuuuuuuuuuuuuuuucar |
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Desfilando y girando |
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La ciudad, de cerca y lejos |
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Mercadillo de colores |
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Sobrepuestos |
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Otra perspectiva |
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Partes de la historia |
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