Dejamos atrás la frontera chilena y el bus
nos llevaba montaña arriba dirección al altiplano y a Uyuni. Llegamos después
de pasar la noche esperando a salir en un restaurante 24/7 y unas
posteriores 9 horas nada cómodas en diversos buses.
Pero ya estábamos allí, era día de mercado y
curioseamos entre puestos de fruta, comidas varias y distintos puestos de
cositas tipical bolivian. El primer contacto con el país nos dejo sorprendidos
por algunas diferencias culturales, era entretenido tratar de entenderse.
También aprovechamos para contratar un tour
para ver el salar de Uyuni y desiertos y lagunas varias. Después de intentar
evitarlo durante todo el viaje finalmente tuvimos que hacer un tour organizado,
es la única manera de ver ciertos lugares que serían inaccesibles de otra
manera, a no ser que tengas un 4x4 y un gps. Nosotros hicimos 3 días en el
salar de Uyuni. Hay que decir que los sitios a los que llegas son
espectaculares, pero le quita algo de encanto que en cada parada paren contigo
otros 20 coches con sus respectivos turistas/viajeros, aun así,
a pesar de pasarte mucho tiempo en el coche, es una experiencia. Tuvimos la
suerte de compartir con un gran grupo, Daniel, que era suizo, el argentino
German y la pareja franco-chilena Nicole y Xavier. Un gusto chicos.
Por otro lado el
salar fue fatídico para nosotros. Nuestra cámara, que ya venía arrastrando
problemillas varios, se rompió el segundo día. Pese a nuestros intentos de
reanimarla no sobrevivió, murió de vieja la pobre. Sirvió bien durante años y
marchó feliz. Descansa en paz.
Tenemos que dar las
gracias a Daniel Farrer y German Cogorno por cedernos algunas de sus fotos para
poder completar este post.
Dejamos el salar y seguimos adelante, siempre al norte.
Tremenda la entrada hermanitos! La mejor hasta ahora para mí, por su sinceridad y su ingenio en el texto y en las fotos. Y por la calidad de las últimas. Requiescat in pace cámara milenaria.
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