La expectacular naturaleza del oeste y noroeste nos ha sumergido durante días entre caminos, montañas, senderos, playas, refugios y ríos. Poca gente hemos cruzado en estos días lluviosos pero el saludo a cualquier desconocido en sentido contrario del camino es obligatorio. Gente pacífica entre violenta naturaleza.
Calma en la Bahía de Pumillahue |
¡Dame un respiro! |
Cruzando al otro lado |
Sólo, entre todo lo demás |
Piedra Rum. Aquí habita el Cai Cai Vilu |
¿Ahora por dónde? |
El infinito está al final |
Cuando sopla una pacifica brisa |